La moda,
la aparente necesidad de estar siempre “a la última”, a veces el trabajo… o
simplemente el querer estar a gusto con nuestra imagen y con nosotros mismos,
nos llevan a ponernos en manos de especialistas que nos ayudan a que el paso
del tiempo no deje sus huellas en nuestra piel y en nuestro rostro: las ojeras,
los párpados, el mentón, los pómulos, etc... Y nos olvidamos que una parte
fundamental de nuestra cara –y muchas veces nuestra principal carta de presentación-
nuestra boca, también sufre los efectos de la edad.
Es
frecuente que no prestemos la atención debida a nuestros hábitos cotidianos, y
es que dichos hábitos, la alimentación y el simple paso del tiempo van
modificando poco a poco la imagen y la juventud de nuestra sonrisa: la encía se
retrae y se oscurece, los dientes pierden su blancura y volumen y se desgastan,
los labios pierden su soporte y aparecen las típicas arrugas “en código de
barras”, etc. En definitiva, nuestra sonrisa, en otro tiempo luminosa, se
apaga.
¿Y, entonces
qué sucede? Hemos hecho una apuesta por mantenernos jóvenes, pero nuestro
rostro pierde su armonía porque esa parte fundamental que es la sonrisa no
acompaña ese aspecto rejuvenecido y cuidado. Sin embargo, nuestros dientes
también pueden rejuvenecer con tratamientos específicos por parte de
especialistas que, además de cuidar de su aspecto estético en armonía con el
resto del rostro, nos aseguramos de que esa dentadura permanece saludable y nos
ayuda a nuestro bienestar general.
Combinando
tratamientos de ortodoncia (alineamiento dentario), estética dental, periodoncia
(tratamiento de las encías y tejidos que rodean al diente) e implantología
(reposición de dientes o muelas perdidos), podemos conseguir un aspecto más
juvenil de nuestra sonrisa, a la vez que nuestra dentadura gana en salud. ¿Cómo
procedemos?
1.- Estudio general
En primer
lugar, hacemos un estudio del estado general de la dentadura, de cada una de
las piezas dentarias, así como del resto de estructuras que componen el sistema
(encías, mejillas, suelo de la boca, paladar, lengua, labios y articulaciones
temporomandibulares). Nuestro objetivo será obtener un resultado armónico de la
boca con el resto del rostro. A partir de este estudio, los últimos avances en
odontología nos permiten elegir entre un amplio abanico de posibilidades para
conseguir unos dientes blancos, luminosos, bien colocados, con volumen y sin
signos de desgaste, en unas encías rellenas y sonrosadas y, lo más importante,
alargaremos la vida de todas estas partes de nuestra boca haciendo que
funcionen adecuadamente.
2.- Ortodoncia o alineamiento dentario
De nada
sirve tener los dientes blancos y cuidados si no los tenemos correctamente alineados, no sólo porque no lucirán ordenados y bonitos, sino que el hecho de
tenerlos descolocados provocará irremediablemente que nuestras encías sigan
sufriendo y que el desgaste de nuestros dientes siga su proceso de
envejecimiento por los microtraumatismos a los que les seguiremos sometiendo.
3.- Blanqueamiento dental
Precedido
de una limpieza profesional, se realiza en diferentes etapas y de manera
combinada en sesiones clínicas y férulas de blanqueamiento en casa. Cada tipo
de diente necesita un tipo de compuesto blanqueante (peróxido de hidrógeno,
peróxido de carbamida, etc), una dosis determinada, un tiempo de aplicación
propio, seleccionados en función de la experiencia del especialista y de sus
sensibilidad estética.
4.- Contorneado estético
Para matizar
las pequeñas imperfecciones, desgastes o microfracturas de nuestros dientes y
evitar una sonrisa envejecida. Es un procedimiento rápido, poco invasivo y que
ofrece unos resultados espectaculares.
5.- Carillas de porcelana
Que
proporcionan volumen, ocultan las coloraciones y tinciones no deseadas de
nuestros dientes, y aportan un acabado satinado a la cara externa de nuestros
dientes, la que está a la vista. El objetivo es mantener el máximo de piezas
originales, restaurando los efectos del paso del tiempo.
6.- Implantes dentales
Una
sonrisa joven posee todos sus dientes. Con los implantes reponemos esas piezas
que hemos podido ir perdiendo con los años o a causa de un golpe, y nos
permiten recuperar la funcionalidad completa de nuestra boca.
7.- Peeling gingival
Un
proceso de microabrasión de las encías, a fin de devolverles su aspecto
sonrosado.
8.- Eliminación de los surcos del
contorno labial
Recurriendo
a elementos biológicos y mínimamente invasivos como los factores de crecimiento
o el ácido hialurónico, botox, etc.
Y, ante
todo, conseguir un aspecto natural de nuestra sonrisa que, en este proceso,
tiene que haber ganado en salud.
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