Llegó septiembre, se acabaron las vacaciones, volvimos a nuestras rutinas… y a la también rutinaria lista de buenos propósitos para el nuevo año laboral… Yo también he hecho la mía… y entre mis propósitos figura el de conversar con vosotros a través de mi blog con más frecuencia… así que ¡aquí me tenéis! con muchas ideas y muchas ganas de compartir con vosotros un montón de cosas que os puedan ayudar en el día a día a cuidar de vuestra salud bucodental y de la de los vuestros.
Y aprovechando que ahora llega la vuelta al cole de los niños ¿qué mejor momento para plantearnos este curso cuidar de la salud de sus dientes? La boca es la puerta de entrada de todo lo que pasa a nuestro organismo: todo –lo bueno y lo malo-, todo pasa por nuestra boca. Tener una buena salud bucodental desde la infancia es fundamental para nuestra salud futura y, en el caso de los niños, la mayor parte de nuestra tarea consistirá en la prevención.
Voy a daros unos sencillos consejos que os permitirán mantener una adecuada salud de su boca y detectar posibles alteraciones o problemas que podamos atajar:
1. La higiene
Démosles ejemplo de buenos hábitos de higiene. La boca debe cepillarse después de cada comida o, por lo menos, tres veces al día si comen en el colegio. Si nosotros no lo hacemos, difícilmente conseguiremos que ellos adopten este hábito.- Bebés: La limpieza de la boca debe iniciarse cuando son bebés, limpiando su encía con una gasita humedecida en agua y envuelta en nuestro dedo índice, después de cada toma. Si no lo hemos hecho, no es tarde para empezar ahora que ya tienen sus primeros dientes.
- Niños: Cuando ya tienen sus primeros dientes, debemos iniciar el cepillado. El cepillo debe ser adecuado a la edad y la pasta de dientes, también: su etiquetado debe indicar una concentración de flúor de 500 partículas por millón (500 ppm ion fluoruro). Esto es importante porque una concentración superior podría dañar sus dientes. Y debemos supervisar el cepillado hasta que tengan una buena destreza (aproximadamente a los 6 años). Este hábito debe formar parte de sus rutinas de antes de acostarse.
¿Cómo debe ser el cepillado?
· La cantidad de pasta de dientes no debe ser mayor a un grano de arroz –para evitar dañar sus dientes-.
· Un truco sencillo es empezar y terminar siempre por el mismo sitio. Por ejemplo, empezamos a cepillar por los molares de la parte superior izquierda y hacemos el recorrido completo acabando en los molares de la parte inferior izquierda.
· Lo mejor es cepillarles nosotros primero, animándoles a que ellos hagan después “una segunda pasada”, e ir poco a poco dándoles la posibilidad de que una zona concreta la hagan ellos solos.
- El enjuague debe ser completo para evitar que queden restos de dentífrico.
- Conviene iniciarles en el uso del hilo dental, que nos permite tener una mayor higiene entre los dientes.
- Cuando sean capaces de enjuagar y escupir, conviene que usen también un colutorio específico para niños.
2. La dieta:
La dieta equilibrada de la madre durante el embarazo es fundamental para la formación de los dientes de los niños y esta dieta debe continuar a lo largo de su vida. Con el inicio del curso escolar amenazan con volver prisas, los bocadillos, la bollería industrial y las chuches en los cumpleaños. Si les acostumbramos desde pequeños a tener una dieta saludable, formará parte de su estilo de vida cuando sean mayores. Eso no quiere decir que no les dejemos comer nunca un dulce. Tenemos que intentar reservarlos para momentos puntuales.
Desayuno
Es sin duda la comida más importante del día. Para todos. Pero en el caso de los niños cobra mayor importancia porque al esfuerzo y rendimiento, se une su crecimiento. De nuevo las prisas –enemigas también de nuestra boca- pueden hacernos perder de vista un desayuno completo y equilibrado, que además, sea saludable para el desarrollo de su dentadura. Debe contener:
- Lácteos: son fundamentales para la formación de sus dientes y su dieta debe contar con tres raciones diarias de este grupo de alimentos para cubrir sus necesidades de calcio y vitamina D, fundamentales para la formación de unos dientes sanos. Hay niños a los que no les gusta la leche. En este caso se puede sustituir por un yogurt o una ración de queso.
- Cereales: es mejor huir de la bollería industrial. Pan con mantequilla o mermelada o ¡mucho mejor! con aceite y una loncha de jamón York les ayudará a disponer de una reserva de glucosa para toda la mañana. Otra opción son las galletas, pero con poca presencia de azúcares. Y los cereales en copos cumplen la misma función y, además, se toman conjuntamente con la leche: un dos en uno…
- Fruta: El aporte de azúcares y antioxidantes de la fruta es buenísimo y parte imprescindible del desayuno. Deben tomar un zumo de frutas natural, al menos de una naranja o tres mandarinas –ahora que llegan-, o una manzana o pera licuadas.
Os detallo tres que suelen gustar a los niños y que deben estar presentes en su dieta:
- Agua: desde pequeños deben acostumbrarse a beber agua mineral –sin gas-, con frecuencia. Hidrata las encías y estimula la formación de saliva, que neutraliza las bacterias que pueden dar lugar a problemas en su boca.
- Queso: es rico en calcio y fósforo, ayuda a equilibrar el ph de la boca, reconstruye el esmalte y estimula la producción de saliva.
- Manzana: es rica en un antioxidante (polifenoles) que ayuda a disminuir la caries por su acción bactericida. Si la lavamos bien, es bueno que la coman con piel y troceada en cuartos, para educar su mordida.
3. Revisiones periódicas:
Todos debemos revisar nuestra boca cada seis meses, no sólo para atajar una caries -¡fundamental!-, sino para detectar otros problemas que, tratados en su fase inicial, pueden evitarnos grandes disgustos y desembolsos en tratamientos. En el caso de los niños, la revisión cobra más importancia porque el adecuado desarrollo de sus dientes determinará –ya os contaré más adelante- su salud general en el futuro. Si visitan rutinariamente al dentista dese pequeños, no extrañará su figura, ni la asociará solamente al dolor.- Bebés: La primera visita al dentista debe producirse con la aparición del primer diente. En esta visita repasamos con los padres hábitos y rutinas propios del bebé: uso del chupete, biberón, higiene bucal, … y se revisa que el diente ha brotado sano.
- Revisiones posteriores: examinamos las piezas y la boca y detectamos posibles problemas en el crecimiento de los dientes y su posición, deficiencias en la higiene o la presencia de la tan temida caries.
Algo fundamental que no debemos olvidar: de nuestra boca depende la salud general de todo nuestro organismo. Nos olvidamos de ella con demasiada frecuencia, pero ya iremos viendo cómo influye y cómo determina el desarrollo de otras enfermedades que nos afectan frecuentemente. Iniciemos a nuestros hijos en el cuidado de sus dientes y en la prevención. Es la mejor forma de cuidarles.
Contadme vuestras experiencias y dudas sobre este tema y, si tenéis algún truco, compartidlo con nosotros…
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